miércoles, 28 de mayo de 2008

Nueva Sección

No City, No Sex producciones presenta una nueva sección de este maravilloso blog a la que denominaremos: “conociendo a otros escritores no tan buenos como nosotras, pero que tienen el suficiente potencial como para un día hacerse famosos y negarnos el saludo”, con lo cual aprovecharemos el transitorio anonimato de algunos de nuestros amigos y publicaremos, a modo de descubrimiento, algunas de sus mejores obras. A continuación Señoras y señores, con uds: Francisco Rinaldi, el Robert Smith Evangelista.

Ah, estás afuera.


Desde la mañana estuve ansioso por la idea de ir al ensayo que iba a tener esa tarde, yo tenía el presentimiento que iba a ser un ensayo clave, que iba a hacer que la banda suba a la cima del rock o algo así. Llevé mi bajo al colegio para tenerlo a mano, por que quería seguir practicando los temas, y para hacerme notar entre mis compañeros. En el invernal viaje en colectivo ya me iba imaginando como triunfaría con la música y abandonaría el cuarto año de bachillerato sin importarme terminar el secundario, fantaseaba con ser un Sting, pero con más pelo.

Una vez en el curso tuve que soportar que todos me pregunten si era una guitarra, la gente prefiere a los guitarristas supongo que por que tienen más cuerdas. Cuando les decía que era un bajo perdían interés, igualmente a mi no me importaba, sabía que en pocos meses me iban a querer ver tocar en Obras o en River, bah en River estaría tocando en un año suponía, no quería apresurar mi carrera. A la segunda hora de clases ya no me bancaba más a los compañeros, que me parecían pelotudos mediocres, muy por debajo de mi persona, a la profesora, que me daban ganas de escupirla, y a nadie. Cuando me tocó la hora de catequesis decidí mandar a todos a cagar: agarré el bajo, me paré en el pupitre dije una sarta de insultos. Los llamé idiotas, burgueses, consumidores de basura, y les dije que yo iba a estar allá arriba y ellos recién ahí se iban a dar cuenta de los boludos que eran y de lo bueno que era yo. Antes de irme le toqué el culo a una compañera que hacía 2 años que lo quería hacer, y le escupí la corbata al preceptor.

Una vez que ya había sido liberado del sistema educativo, me tiré en el pasto a fumar cigarrillos y a pensar con cuantas minas me iba a encamar. Ya estaba en la cima, ya estaba grabando discos, ya planeaba mi muerte joven y con un estilo romántico cual Ian Curtis. Obviamente me iba a ir de mi casa a comprarme un piso en Belgrano o algún lugar así y descontrolar todo lo que encontrara. Había pensado que eso de hacer beneficencia era muy careta, mejor iba a ser donar algún poco de guita pero sin hacer una gran propaganda, no era de roquero en realidad ayudar a la gente. Lo que más contento me ponía era que en la banda, “Totora Sourmenage”, sonaba perfectamente, éramos los indicados, acoplábamos hasta el más ínfimo detalle, los cortes las subidas y las bajadas de velocidad, todo. El baterista y yo éramos uno solo, tocábamos perfectamente juntos, y sabía que más que la guitarra la clave éramos el baterista y yo.

En un momento de éxtasis de ego, decidí cortar con mi novia, por que sabía que mi vida iba a ser un descontrol, un viajar y moverme por países diferentes. La llamé por celular y le dije:

- Mirá loca, yo te quiero mucho, pero no puede ir lo nuestro por que estamos en dos planos diferentes, vos pensás ser maestra jardinera y yo pienso romper todo.

Era verdad yo la quería y la quiero pero en ese momento veía imposible mantener la relación y hacer mi vida de rocanrol. Ya en ese momento tenía 3 temas más pensados para ir tocando. Pobre mi novia pero bueno era necesario, lo mismo con mis viejos, los llamé y les dije que iba a abandonar la casa, que los quería pero que no me rompan las pelotas, ah y que ni en pedo iba a estudiar para cumplir sus expectativas frustradas, por que tenía que explotar mi don artístico.

Ya había llegado la hora, tenía que ir a la sala de ensayo, mejor, por que no aguantaba más quería tocar, y quería esa misma noche empezar a, no se, hacer algo. Llego a la sala de ensayo y el guitarrista estaba en la puerta.

Guitarrista dice: Te estaba esperando te teníamos que decir algunas cosas.

Yo digo: Ah, después porque tenemos que tocar ya, no perdamos tiempo

Guitarrista dice:
No, ya no tocás más con nosotros, sos muy pelotudo y tocás muy mal. Además el baterista no te soporta más.

Yo digo:
A la pelotita.

Entendí que ya no formaba parte, alguna razón tenían, espero que les vaya bien, no tengo rencor. Lo que es una lástima es que accidentalmente le reventé la mano con la puerta del ascensor de la sala al guitarrista, espero que se recupere.

sábado, 24 de mayo de 2008

Furia en el transporte de masas

Contexto: Colectivo 60 (debería conseguirme un auto, un sulky, algo, lo sé)

Situación: Suben un tipo A (nada atractivo y excedido de peso), una chica B (linda, normal), ambos aparentemente amigos entre sí y a su vez amigos del colectivero C. Charlan los tres un buen rato. Ella (B) se baja primero, y saluda a A con un beso en la mejilla. Una vez que B estuvo en tierra firme, A (gordito) le dice a C (conductor de transporte público), refiriéndose a B: “con un par de copas de más a esssta le doy”.

En ese momento Y (yo) se levanta, roja de furia, camina hacia A, se para en frente de él y le dice: “Pero escuchame bien pedazo de gelatina-amorfa-adiposa, date cuenta, ¿con unas copas de más le das? Mirá ser desagradable, ella no te da ni aunque después de un trip de LSD haya caído en la guardia del Moyano, le hayan puesto un chaleco químico, le haga una lobotomía un aprendiz de medicina con anhelos de dominar el mundo, pase el post operatorio viendo los Tele-Tubbies, se fume 8 fasos mientras desayuna con vodka on the rocks escuchando los Greatest Hits de Johnny Tedesco, se tome un cóctel de pastillas de colores, pase toda una tarde de domingo viendo Utilísima Satelital*, le extirpen los ojos y el planeta Tierra venda el poco de buen gusto que le queda como patrimonio a Marte, así que haceme el favor y ubicate a la hora de hablar de la señorita”.

Así sin más Y da la media vuelta con cierto aire orgulloso y por qué no triunfador y no conforme aún luego de su acto meramente altruista, corre hasta el fondo del colectivo, toca el timbre con todas sus fuerzas y se baja del vehículo rogando a Dios, a Mahoma y a Alá que esos 200 kg de fétida humanidad estén aún procesando la información recibida, paralizándolo de reaccionar contra la pequeñita y adorable Y.

Conclusiones finales: Bueno, lo admito, soy un minúsculo ser, cobarde y mentiroso: es cierto A le dijo a C “con un par de copas de más a esta le doy...”, pero Y tiene salidas de ñoña loser con brakets, y prefiere expresar toda su ira en su blog a fin de mantener a salvo su integridad física. -“PERO TE LO DIGO IGUAL GORDO ASQUEROSO, TE LO DIGO!!!”


*Dato curioso de la semana:

Utilísima Satelital fue el primer programa de radiofonía en proclamar la abolición de la monarquía absoluta en Francia.
Al ritmo de la Marsellesa, la cortina del programa decía “libertad, fraternidad e igualdad, con papel maché y porcelana fría, lo vamos a lograr”. Luego Verónica Varano conducía un programa que se hacía llamar “Cómo tomar la Bastilla con palitos de helado y cola vinílica”.
Habiendo cultivado las mentes del mundo una vez más, me retiro hasta la próxima.

lunes, 19 de mayo de 2008

No sex...but city?

Luego de tomarme unas regias vacaciones de mi vida regular, haber descubierto que mi verdadera vocación era ser Lic. en Comercio Internacional, que las plantas se me mueren porque no las riego y que Federer perdió la final de Hamburgo, me dispuse a tomar el sendero de siempre, aunque con aires de cambio. Y cuando de cambios hablamos, el change (para no repetir) por excelencia es mudarse. O aunque más no sea casi mudarse, estar con un pie en cada lado, vivir como nómada como lo estoy por decidir.

Apenas se me vinieron a la mente esta clase de pensamientos, los tuve que compartir con Nat, sabiendo que ella no iba a hacer más que incentivarme para que dé el último pasito (no al precipicio, al menos eso creo), aunque luego yo decida correr tres kilómetros para atrás y ella se tenga que bancar con feliz desagrado la falta de concretización que toman mis ideas con los días.

La cosa es que como le expresé, el cambio no sería tal, ya que luego de 11 mudanzas de ciudad (sea ciudad-ciudad, ciudad-pueblo, ciudad-metrópolis), 14 de casa, y demás, cambiar de ciudad-no pueblo (la actual) a ciudad-capital por media semana se concibe que la situación para mi debería dibujarse más que indefensa. Después de cambios de carrera, (mentales y reales), cambiar de sede tendría que parecer insignificante también. Y así sucesivamente.

Lo aburrido del tema (además del tema en sí y como lo cuento) es que uno tiene que disponerse a liquidar todos los asuntos anteriores para que no queden pendientes, te atormenten y te “jalen” los pies a la noche. Y eso más que considerarse un obstáculo, es un factor desencadenante que determina una reacción bio-psicológica denominada científicamente como fiaca. Mucha.

Por eso me puse a pensar no tan profundamente en cómo había hecho las veces anteriores para poder avanzar (y más considerando que lo anterior en ese entonces fue de lo más “traumático”), sin mirar tanto para atrás, aunque recordándolo bien lo hice siempre de espaldas cual cangrejo de Animal Planet, cosa que intentaré reelaborar en vez de repetir (si hubiera estudiado comercio no saldría con esta sarta de psicofrases hechas).

Hace mucho tiempo atrás, en una aldea lejana ¿?, en épocas de computadoras en blanco y negro, vestidos bobos y música de un Pablo Ruiz percibido como un niño prodigio heterosexual, lo diferente resultaba emocionante, y yo, mini aventurera optimista, me acomodaba a las nuevas situaciones sin complicaciones y con total naturalidad.

Pero el tiempo pasa (y es cruel dice Juan Gabriel) y las cosas no lograron ser las mismas. Las computadoras ya venían a color, a Jaf se le había acabado el pelo y Pablo Ruiz ya no me parecía tan heterosexual como antes. En resumen, como decía mi abuelo: “No hay “Jugate Conmigo” que dure cien años” ¿? (suerte la nuestra) y yo, ya más grandecita, dejé de tener una actitud tan barnidizada (del griego Barny) frente a la vida y del cambio devino sólo sufrimiento. No emoción, no suspenso del bueno, no risas meteóricas, nada de eso. Una terrible tristeza maratónica.

Entonces, volviendo al presente, ahora que me encuentro entre la espada y la pared, entre el pasado y el futuro, entre la torta frita y la chipa, entre Sinatra y Castaña me pregunto ¿Qué voy a hacer?
Porque no puedo irme sin dejar de pensar cómo sería quedarme, no puedo quedarme sin saber lo que hubiera sido irme, y no puedo seguir por la vida haciéndome la que esa idea jamás existió (principalmente porque tendré a Nat seis meses quemándome la cabeza recordándomelo), ya que la idea está y estará ahí, (dylanizando), “Blowing the wind” (desde zona norte, los ecos de la voz de Nat., insisto), y tendré que vivir con ello.

Ya sé, eruditos lectores, millones que nos visitan minuto a minuto, uds. dirán que es una estupidez biónica lo que me ocurre. Y, sí, lo sé. Pero en un cuarto de siglo siento que es la primera vez que el imperativo de la mudanza (aunque en menor escala) y su respectiva definición, necesidad (y consecuencias) recae sobre mis hombros. Y yo, inmaduramente atómica, no sé para dónde ir. Quizás la respuesta sea más cliché de lo que pensaba. Tal vez se trate simplemente de ir hacia delante…

miércoles, 14 de mayo de 2008

Material onírico

Anoche, mientras dormía (luego de un largo rato de contar cabezas de ganado de exportación saltando una cerca), comencé a sentir un leve hormigueo en mi oreja izquierda (están hablando mal de mi imaginé), abro los ojos lentamente y sentado junto a mi cama descubro a ese sujeto al cual admiro profundamente pero que no suele ser habitué de mi recinto. Si, damas y caballeros, era nada más y nada menos que Daniel Gomez Rinaldi haciéndome cosquillas con una plumita verde loro robada del traje de la nueva vedette de la calle Corrientes...

Aun confundida, intentado con todas mis fuerzas interrumpir un sueño inducido por Rivotril, somníferos varios y bananitas dolcas, logro decirle:

Nat: ¿Dani, que haces acá? ¿Hoy no ibas a bailar a América con Mich?

Daniel Gomez Rinaldi: ¿Sabes lo que pasa linda? se quiso poner la peluca de Susana Giménez, y el sabe cuanto lo adoro, pero a Susana Giménez no la reemplaza cualquier puto con peluca, es un hereje...

Nat: (empática) Si Dani, entiendo lo que se siente, una vez el ahijadito de mi madre me rompió la foto autografiada que tenía del Puma Rodriguez, es un dolor insuperable...pero sigo sin comprender (me froto los ojos) ¿qué haces acá?

Daniel Gomez Rinaldi: Es que yo te leo a vos en ese blog tan maravilloso y veo que vos entendés a las mujeres como yo y te tengo que pedir un consejo urgente...

Nat: ¿A esta hora?

Daniel Gomez Rinaldi:...si, ¿que tiene? Son las tres de la tarde...

Nat: Ahhhh

Daniel Gomez Rinaldi: Lo que yo no entiendo es ¿cómo sabías que yo iba a ir a América con Mich?

Nat: No, yo tampoco se como sabía, ¿me pasas ese blister con pastillitas verdes que hay ahí?

Daniel Gomez Rinaldi: Si, querida, bueno mi pregunta es ¿qué hago con Mich, lo dejo o sigo?

Nat: ¿¿??(de repente, comienzo a ver nublado y la cara de Daniel Gomez Rinaldi toma progresivamente la forma de una mujer...si, rasgos fuertes, botox, botox, botox,. Es un pájaro, NO!, es un avión, NO! es Súper Cristina K!!!!!!!!)

Nat: (indignada) Pero ¿qué se les dio a todos Uds. por entrar en mi habitación hoy?

Súper Cristina K:
¡Compañera vamos! Tu único pecado es haber nacido mujer, ¡no dejes que esos oligarcas te impidan salir de la cama y disfrutar de este día peronista!

Nat: (juro que yo entendía menos que Uds.) ¿Y Dani? ¿Qué hiciste con Dani?

Súper Cristina K: Ese facho homosexual ya pasó a mejor vida..

Nat. ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿QUE????????????????????

Súper Cristina K: COMPAÑERA, LAVATE ESA CARA DE GHANDI BAJO LOS EFECTOS DE ESTUPEFACIENTES Y ACOMPAÑAME, ¡VAMOS A NEGOCIAR CON LAS FARC!

Nat: Esta bien, pero...¿cómo me tengo que vestir para eso?

Súper Cristina K: (siempre expresiva, casi gritando) Un trajecito Armani ¡nunca falla compañera!

Nat: Armani...eh...si, no, no me quedaron Armanis, deben estar todos en la tintorería presidente.

Súper Cristina K: PresidentA, soy la presidentA de todAs lAs argentinAs!!!

Nat: Ok presidenta. ¿Este jumper de la época de Montaña Rusa servirá?

Súper Cristina K: Esa Nancy Duplá si que actuaba mal, pero que bah, se consiguió al bomboncito de Gaston Pauls y después a Pablo Echarry (piensa: me tengo que conseguir un ministro de economía parecido a Montecristo)

(un instante después estábamos en el avión presidencial rumbo a negociar con las FARC, pero a mi lado ya no se encontraba Super Cristina K sino la señorita Condolezza Rice)

Nat: Oh presidenta, que bronceada esta...

Condolezza Rice: No me confundas con esa prostituta sudaca, yo soy Condolezza Rice mother fucker...

Nat: Ahhh, si, es verdad ¿a dónde vamos?

Condolezza Rice: Nos dirigimos a bombardear la Unión Soviética

Nat: ¿Pero eso no se disolvió allá como por el 91?

Condolezza Rice: ohh baby didn’t Freud tell you que el inconsciente es atemporal?

Nat: ¿Ud en que idioma habla?

Madre de Nat: (de carne y hueso) Nati, despertate despertate, te llamó Ivana para invitarte a ordeñar vacas con ella y Ernesto Z (ameba enferma para los amigos)

Nat: (despierta) ¡No mamá juro que prefiero negociar con Las FARC y bombardear la Unión Soviética!

Madre de Nat: ¿Qué?

Nat: Ufa, ahí voy.

...A ver Freud...¡¡¡interpretame eso!!!


sábado, 10 de mayo de 2008

Puedo ponerme cursi y decir…

Comenzaba Sabina cantando una de mis canciones dilectas del cantautor andaluz homónimo (¿?). Y la verdad que aunque juré y perjuré a mi misma, a Nat y a las tostadas de pan negro de la mañana cual Graciela Alfano, que no iba a hacerlo, voy a tener que contar acerca de cómo mi alienación ilógica producto de un enamoramiento repentino (sonrisa en el rostro) y poco realista, está afectando mi coherencia de mujer (muy) soltera.

Lo que me pasa es terrible. Horrible. Trágico. Y es que ando por la vida flotando como un corcho, más feliz que Barney extasiado (Dícese de dinosaurio violeta que canta. Para más información consulte a menores de 4 años), y los que me conocen saben lo mucho que odio a ese engendro violeta por ser demasiado feliz.

Escucho temas románticos, al estilo de Alejandro Sanz (“Pisando fuerte, pisando fuerte”), y en parte no puedo quejarme, ya que existen cosas peores: podría entrar en una psicosis melosa masiva y terminar escuchando Axel Fernando o César Banana Pueyrredón (tal vez Carlos Mata). Pero igual, estoy preocupada (con una sonrisa en el rostro).

Al contrario de lo que le ocurre a la gente que yo podría considerar normal (sonrisa en el rostro), a mi no me agrada mucho la idea de estar enamorada. En lo absoluto.

Además de que me paso de ridícula (sonrisa en el rostro) y termino haciendo cosas que no haría en situaciones en que mi cabeza permanece (como debe ser) por encima de mi cuello, siento que no tengo control sobre la situación y eso me resulta molesto.

Quizás no en este momento (sonrisa idiota en el rostro), pero si cuando se me acabe el amor de la noche a la mañana o me frustre por la falta de correspondencia por parte de “EL” (llámese BB) y haga un recuento de todas las estupideces que hice, de todos los corazones que escribí en mi cuaderno (esto es mentira), de haber observado la luna en todos los ángulos posibles (esto también) y de haber papado moscas de forma compulsiva (a esto lo hago siempre), me preguntaré ¿en qué estaba pensando?

Ya sé, en este sujeto cuyo nombre no puedo escribir y me encanta (sonrisa en el rostro), aunque Nat piense que ningún ciudadano menor a 65 años merece llamarse así.

Pero como bruja que soy (que no leeré la borra del café pero si los palos del mate), tengo el presentimiento (y ojo que soy buena en esto) de que esto no irá para ningún lado. O por lo menos él irá al trabajo y yo a la facultad (por separado). O cambiaré por un colectivo diferente, con camino alternativo. O de color de piel como Michael Jackson…

No sé. Solamente sé que él no me elegiría… y yo, ante la vergüenza de mi alevosidad voyeurista, debería huir cual rata en barco hundiéndose, del colectivo, de la ciudad (o pueblo según Nat), del planeta…

Y así es que luego de todo este triste y profundo análisis, comencé a leer los clasificados del diario regularmente, como debí haberlo hecho desde un comienzo. Quién sabe y termine volviendo a mis épocas de niñera o algo similar…la verdad es que no sé.

Lo que definitivamente si sé es que no debería sentirme así… Es más, ¿No era también Sabina el que decía “no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió?”

Si no entendió el post haga click
aquí

jueves, 8 de mayo de 2008

Pequeñas Grandes Tragedias de La Vida Cotidiana


(Por Berger y Luckman -chiste interno-)

Llega un momento en la vida de toda persona (¿hay algo más cliché que decir “llega un momento en...?) donde la quietud y la calma reinan cada segundo, cada minuto, cada hora, de cada largo y parsimonioso día. No hay graves preocupaciones, ni ideas pseudo psicóticas, y tampoco hay grandes objetivos como ser: “convertirme en la estrella pop de mi propio distrito”. Con lo cual solo nos queda permanecer vivos el resto del día (sin que esto implique mucho esfuerzo ni gasto anímico) y esperar la noche para dormir y luego comenzar otro agitado día lleno de sosiego.

Sin embargo (siempre hay un sin embargo o un pero), como el título lo índica, hay pequeñas grandes tragedias diarias que adornan levemente la vida de uno, es decir la vida mía, porque sí, estamos hablando de mi (aunque la introducción no lo haya especificado con claridad)...Siempre se trata de mi...(o de Ivana...¡maldición! tengo que tener un blog sola...¡Santos recorcholis! Ya lo hice y no me funcionó).

A continuación citaré aquellos sucesos desestructurantes de mi cotidianeidad:

  • Quedarme sin pilas en el mp3 cuando voy sola en el tren.
  • Qué el tipo que pasa vendiendo esas radios que nadie quiere por el tren, no quiera sacarle las pilas a uno de esos artefactos poco estéticos para vendérmelas.
  • Que el tren no choque y no poder escribirlo en el blog ni hacer que la gente se apiade de mi alma y de mi chichón.
  • Acordarme que no sé tocar el charango, cuando pasa el señor que hace música norteña...¿dónde?Obvio en el tren! (Nota mental: debo comprarme una vida que no gire alrededor del tren)
  • No poder caminar tranquila por la calle debido a la gente que me detiene para pedirme autógrafos (bueno, esto nunca sucedió, tal vez si decido convertirme en la estrella pop de mi distrito...)
  • No tener qué escribir en el blog y tener que estar haciendo esta lista poco interesante.
  • Tener un parcial y tener que estudiar.
  • No tener un parcial y no saber que hacer con mi tiempo. (¿histeria?)
  • Que no me salga esa palabra, si esa palabrita que exactamente ilustra lo que quiero decir.
  • Estar en crisis de abstinencia por no tener Internet en mi cuarto.
  • Que el flequillo no me quede perfecto como a esas chicas que sí lo tienen perfecto (bueno, aquí francamente me puse profunda).
  • No saber que ponerme cuando hace 23º (y aquí ni hablar).
  • Odiar la musica electronica y militar por su destrucción, pero a la vez no poder dejar de escuchar Blue Monday de New Order (si, las paradojas me alteran la calma).
  • Y finalmente, pero no menos grave: Quedarme sin monedas de un peso y tener que usar las de 25 centavos (o peor aún, las de 10, pero esto ya no lo quiero ni nombrar porque, bueno...realmente espero que nunca me tengan que conocer en un día de “monedas de diez centavos”).

Aquí llega el punto donde releo toda mi lista y agradezco a Dios, al destino, a Mahoma, a Buda, a Bruno Gelber y a Jacobo Winogrand por hacer de estos mis problemas más catastróficos y sé que aunque me alarme al quedarme sin pilas y desee asesinar a todos los conejitos que me recuerden al de Duracell, un día miraré hacía atrás, resignificaré mi vida y diré “la pucha, que vale la pena estar vivo”...Bueno, eso no, pero si sé que miraré hacia atrás y simplemente sonreiré.

(como me hubiese gustado hacer este post más largo para que escuchen Blue Monday entero...pero 7 MINUTOS! ojala sean lectores lentos o tengan dislexia).

(Perdón por el abuso del paréntesis y por mi fijación con los trenes, espero no lo interpreten como fálico.).(...)

lunes, 5 de mayo de 2008

Lo que ellas quieren II


Nos costó unos minutos sacarnos la crema hipoalergénica de pepinos del rostro para inspirarnos, antes de poder sentarnos a analizar seriamente los resultados (sorprendentes resultados) de nuestra ardua investigación...

Don Segismundo estaría orgulloso y maravillado de tan solo vernos y sabemos, de corazón, que el avalaría las siguientes deducciones. Es más, no solo las avalaría, las publicaría como de su propia autoría y después nosotras, bueno, deberíamos ir a reclamarle a Montoto...(Su condición de finado gracias a Dios se lo impide)

Comencemos:

Tras los cuestionamientos y las indignaciones del pasado viernes, hemos realizado una investigación supervisada por Marta Minujín, basada en encuestas 100% confiables y nada tendenciosas y hemos logrado descubrir aspectos de la mujer, que por vergonzosos o risibles ninguna advertía. Pero hete aquí la verdadera esencia femenina.

(Hagan el favor de abrir sus mentes y dejar la sensibilidad de lado porque lo que viene implica un cambio paradigmático, un giro copernicano si se quiere...de ser personas impresionables os recomiendo dejar de leer en este preciso instante).

Para los valientes que siguieron leyendo, estamos entonces en condiciones de definir a la mujer.

Descripción de MUJER desde todas sus aristas:

Desde sus miedos más íntimos: Ridículo ser que se revela ante las celulitis, el tránsito lento y Carlos Menem y se rehúsa a resignarse ante tales injusticias, intentando luchar desde su elegante trinchera, así como lo hacen los verdaderos valientes.

Desde sus deseos más profundos: Criatura terrenal que sólo pretende que un hombre sensible (y en lo posible parecido a Bruno Gelber) la lleve a comer un choripan por la costanera. Esta mujer de carne y hueso no tiene otro anhelo en la vida que elegir para una noche de sexo (por que sí, tendría sexo casual) a Silvio Soldán sólo si se le presentara con el alma desnuda, es decir, sin el quincho; para luego sacrificar tanta pasión y endorfinas, con la meta de conseguir un vínculo (aunque heterosexual), duradero y desbordante de ternura como el de Batman y Robin.

Desde sus ansias de poder: La especie femenina sólo se encuentra mutando y evolucionando para que su mente logre crear un chocolate que queme calorías y ahí sí, el día que la publicidad se lo ofrezca alabará hasta al publicista menos iluminado salido de la universidad más rasca (pero hasta ese día seguirán insultando a quien dijo “Todo lo que tenés en la cabeza en una sola revista”).

Desde sus mayores pesadillas: El mayor sufrimiento de la mujer está encarnado por la situación de no hallarse depilada ante el inminente enfrentamiento íntimo con un macho de su especie para luego ser despachada al ritmo de un lastimoso “no sos vos, soy yo”.

Desde su romanticismo incipiente: El cual va más allá del deseo de que un idiota al óleo les cante al oído frente al lavarropas o una cena a la luz de las velas, por lo cual intentan escapar de dicho imaginario retrógrado, de forma tal de poder alguna vez, y sólo alguna vez creer en la posibilidad de lograr matarse con Cacho Castaña en un cuarto de hotel.



Si hasta acá lo leyeron, sujetos portadores del cromosoma Y, sin poder evitar buscar sus pañuelos descartables por el hecho de sentir que cada palabra les erizaba la piel y les calaba huesos, déjenos decirles que están equivocados. Terriblemente equivocados. Equivocadísimos.
Si les pasó todo lo contrario, creyendo que los anteriores párrafos pertenecían a un delirio fantástico de una desquiciada ninfómana, siguen cometiendo un error. Un grave e irremediable error.

No entienden nada. Ni ustedes, ni Freud, ni Lacan, ni Macaya. Nada. En realidad la mujer es una paradoja (hermosa por cierto, pero paradoja al fin), un misterio incomparable, incuestionable e incomprensibe, y está bien así. Y nosotras, humildes ciudadanas del "sexo débil" preferimos no llevar la responsabilidad de develar este misterio milenario, porque en realidad, será como dejar, al fin y al cabo, de ser mujeres.

viernes, 2 de mayo de 2008

Lo que ellas quieren

¿Qué quiere una mujer? Se preguntó Freud hasta el cansancio sin obtener respuesta alguna. También lo hicieron los filósofos, científicos, historiadores, kioskeros y futbolistas. Podríamos decir entonces, que se lo cuestionaron los hombres en general…

Lo que quizás resulte más extraño, y consecuentemente, más misterioso aún (o más histérico valga la redundancia), es que nos lo preguntamos nosotras mismas, esos seres complejos y adorables que somos las mujeres ¿?, nos cuestionamos hasta el hartazgo, directa e indirectamente, deductiva e inductivamente, longitudinal y transversalmente (¿?) ¿Qué es lo queremos realmente?

Como yo pienso mejor realizando labores importantes, estuve intentando buscar respuestas en todos los ámbitos de mi vida diaria (que como a esta altura sabrán, es poco menos productiva que la de una ameba rivotrileada) y me quedé muy disconforme y con un inmenso sentimiento de haber fracasado científica y filosóficamente, al ver que ni al barrer la vereda, ni al jugar con mi perro, ni al ponerme crema hipoalergénica de pepinos en el rostro, pude desentrañar esta cuestión tan crucial que ha tomando repentinamente en mi psiquis, un carácter de idea obsesiva egodistónica.

No me di por vencida y seguí mi camino investigativo en mi dormitorio, (cual cueva sembrada con prendas de vestir), al que tuve que ordenar y limpiar con urgencia, pues no recordaba ya el color del piso y la pelusa más chica me cebaba mate (Debo aclarar que exagero. Soy una persona muy pulcra).

Prendí la televisión y me concentré en las publicidades dirigidas al público femenino, las cuales me causaron una indignación tal, que revoleé el control remoto hacia el televisor (no lo golpeó, tengo mala puntería), me puse a escuchar chamamé y corrí enérgicamente a comprar unos chocolates a la esquina de mi casa (¿?). También chateé con Nat como método catártico. Y ella terminó opinando igual que yo (obvio).

Mi conclusión hasta entonces es la siguiente: Los hombres no saben lo que queremos las mujeres, las mujeres no sabemos lo que queremos y la publicidad tampoco lo sabe y encima calumnia, ensucia y pervierte la profunda y frágil naturaleza femenina, resaltando cuestiones poco trascendentes de nuestra vida, como si fuéramos simplemente un par de piernas con celulitis, un pelo con frizz o un tránsito lento.

Entonces seguí reflexionando y me dije a mi misma y a Nat (ambas mantenemos charlas filosóficas, heurísticas y ontológicas): ¿Será éste el imaginario colectivo que tiene nuestra sociedad acerca de la mujer? Y fue entonces que no pude evitar preguntarme: ¿Será que ser mujer sólo se expresa en términos dicotómicos, con opciones tan dispares como ser un ama de casa sufrida con ruleros y batón con flores (de colores feos) al estilo Lita de Lazzari (Aclaro: no sé si usa batón) o una rubia oxigenada de razonamiento precario que hace las de objeto sexual masculino, como Nicole Neuman? (o elijan la que quieran, ejemplos sobran).

Como Nat y yo nos sentimos endeudadas con don Segismundo (léase Freud) pensamos que sería bueno, quizás, retomar los escritos de nuestro adorado erudito vienés, realizando una investigación sobre el tema. Quizás terminemos salvando al mundo. No sabemos.

Lo que si intentaremos desentrañar esta problemática que nos acongoja y el contenido, resultado y las conclusiones alcanzadas de la misma aparecerán a la brevedad en nuestro espacio…Desde ya, muchas gracias.

PD: Lacan, la mujer sí existe!

PD2: Chicas bloggers, si quieren (y tienen un rato poco productivo) realizar la encuesta, entren al perfil de Nat, allí está su mail y le hacen la solicitud.

Chupate un Freud

Chupate un Freud